8 Malos Hábitos Que Superar Para Ser Mejores Enfermeras

Si quieres ser un buen profesional, ser tomado en serio, y que tu superior, y tu equipo piensen en tí como una ventaja para el grupo, hacer las cosas de una manera profesional es la clave.

A menudo pensamos que tenemos experiencia suficiente y probablemente actuamos demasiado cómodos en lo que hacemos en nuestro trabajo. A la larga, desarrollamos hábitos que pueden ser perjudiciales y no somos conscientes de ellos o hacemos poco para corregirlos. Y lo peor es que no logramos alcanzar nuestro máximo potencial.  

Nuestros hábitos, buenos y malos, juegan un papel fundamental en definir quienes somos, y suelen ser la forma como otros perciven nuestro carácter. Por eso, no es extraño que practicar y aplicar buenos hábitos puede influir enormemente en el éxito de nuestra carrera como profesional de la enfermería.

 

Aquí nombro algunos de los malos hábitos de trabajo que disminuyen las posibilidades para el desarrollo de la profesión, y que incluso pueden arriesgar nuestro de empleo (o perderlo para siempre).

1. Llegar tarde a trabajar

¿Piensas que el retraso tiene un buen efecto en tu trabajo? ¿Llegar tarde te hace el empleado más valioso si tus compañeros te esperan para comenzar a trabajar? ¡Definitivamente no! Si eres el tipo de enfermera que siempre llega tarde, es probable que tengas problemas a corto plazo. Las personas que siempre llegan tarde perciben que llegan tarde sólo "a veces", por lo que si piensas que "a veces" llegas tarde, estás en problemas.

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Problema: El problema básico con este hábito es que haces perder mucho tiempo a tus compañeros que se esforzaron por comenzar bien su día, teniendo que cubrir tu ausencia hasta que tu llegues. Lo que puede ser visto como falta de respeto o incompetencia. Si es así, procura estar a tiempo, siempre.

Solución: Como solución es importante que no pretendas hacer más en un período específico de tiempo de lo que puedes hacer de manera realista. La gente llega tarde porque no son honestos consigo mismos acerca de cuánto tiempo realmente le toma realizar las cosas. Así que si realmente quieres llegar a tiempo, olvida todas las excusas y se honesto al hacer ajustes en tu tiempo. Calcula todos los posibles imprevistos con los que puedas encontrarte como el tráfico por ejemplo, entre otros. Es posible comenzar el día bien y llenarlo con una actitud positiva.

2. Evitar el trabajo

Siendo un profesional de enfermería has sido contratado porque encontraron en tí algo que la institución necesita (otros fueron rechazados entonces). Estas palabras pueden estar en tus pensamientos durante semanas después de haber sido empleado. Pero si estás en tu trabajo un poco más tiempo, te encuentras constantemente dudando de asumir nuevas cosas sólo porque encuentras a alguien que pueda hacer una tarea "mejor que tú", ¿o la palabra "perezoso" es aplicable tal vez?

 

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Problema: No hay duda de que siempre hay alguien más hábil para manejar un trabajo, pero no te confundas; delegar trabajo o evitarlo son dos cosas diferentes. Delegar significa asignar diferentes tareas para las personas adecuadas, mientras que evitar significa que no se es lo suficientemente responsable como para hacer el trabajo. Cuanto más tareas evites más incompetente podrías volverte, y lo peor es que te conviertes en negligente.

Solución: Para superar este mal hábito, no necesitas ser Superman o la Mujer Maravilla diciendo "Sí" a cada tarea. Recuerda, tu voluntad de estar presente y ser de ayuda se refleja positivamente en ti y tu trabajo como enfermera. El médico puede estar lejos, pero la enfermera está siempre. Además, si tu equipo descubre tu buena ética de trabajo, pueden recomendarte para tareas más importantes en el futuro.

3. Ser descuidado, sucio y desorganizado

- "La enfermera no escribió la hora y fecha en el registro."
- "Los reportes no están firmados."
- "La enfermera dejó espacios en blanco en los formularios, por lo que surge la duda de si el paciente recibió la atención adecuada y no fue registrado o no se le proporcionó el cuidado."

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Problema: ¿Te suena familiar? Si has estado en el trabajo el tiempo suficiente, supongo que ya habrás notado una gran cantidad de enfermeras con actitud descuidada, o tú mismo lo eres. Escritura ilegible, errores ortográficos, registros desordenados, y hojas de trabajo desorganizadas, que pueden conducir graves resultados, estos son sólo algunos de los muchos defectos que a menudo influyen en los resultados y confunden en la comprensión de lo sucedido a un paciente.

Solución: Como enfermeras profesionales, tenemos la obligación de ser precisos, decisivos y específicos en todo lo que hacemos. Nuestros pacientes confían en nosotros tanto que están dispuestos a someterse a nuestro cuidado. Ser descuidado puede llevar a ser desordenado y desorganizado. Un profesional de enfemería necesita tener un estado equilibrado, centrado y concentrarse en su trabajo como enfermera. Mientras mejor realices tu trabajo mejor calidad profesional, y valoración más positiva por parte de tu Jefe de Enfermeras o empleador.

4. Priorizar asustos personales antes que el trabajo

Veamos, ¿lo primero que haces en la estación de enfermería es revisar el Facebook, Twitter o Instagram? ¿Y también lo haces antes y después de la administración de medicamentos o medir los signos vitales de los pacientes?. Problema diagnosticado: eres adicto a las redes sociales.

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Problema: Las mejores enfermeras tienen una cosa en común: les encanta interactuar con la gente. Ser sociable no es un problema, pero ser demasiado sociable puede causar problemas. Las redes sociales como Facebook, Twitter y similares no sólo pueden hacerte perder mucho tiempo de trabajo, sino también pueden disminuir tu productividad en el cuidado a los pacientes y pueden tener un impacto directo en la calidad de los cuidados.

Solución: Debes mantener un equilibrio entre el trabajo y las redes sociales. El trabajo es el trabajo y la vida social no debe ser parte de él. Si realmente hay una necesidad de que comprobar mensajes y correos electrónicos durante las horas de trabajo, tendrás que hacerlo durante los descansos. Pero si eres un adicto los medios sociales, primero tienes que reconocer tu adicción. Acepta el hecho de eres adicto y sé conciente de que superar esa adicción te ayudará a concentrarte mejor en tu trabajo. Luego, piensa en las cosas útiles que podrías estar haciendo en lugar de perder el tiempo en esos sitios. Puedes enseñar a los pacientes sobre sus problemas médicos y cómo cuidar de sí mismos. El uso de las redes sociales como profesional de enfermería para la actualización o divulgación de contenidos (lo que es muy recomendable) debe realizarse en horarios diferentes a los horarios de trabajo.

5. Ser prepotente y sentirte superior

Sí, es posible que al ser estudiantes de enfermería o pasantes hayamos recibido más castigos o burlas de las que merecíamos (aunque a algunos no les haya pasado), por parte de nuestros propios instructores clínicos o compañeros hasta el punto de que teníamos el deseo de venganza cuando llegaramos a su nivel. Esto puede parecer una locura, pero en ocasiones ocurre.

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Problema: Con gran respeto de nuestra profesión, es preciso decir que veces hacemos alarde de nuestro poder de una manera grosera e irrespetuosa. Como enfermera con más experiencia, es probable que te nieges a ayudar a los novatos cuando realmente lo necesitan, e incluso corriges sus errores en voz alta y en público. Esto es llamado prepotencia y es visto negativamente causando que otros pierdan admiración, aprecio y respeto por ti como una enfermera con experiencia.

Solución: Si sabes quién eres en realidad, no tienes necesidad de amplificar que estás por delante y eres mejor que todos los demás en tu unidad. Recuerda, todo el mundo tiene la capacidad de estar en tus zapatos. Eso es porque todo el mundo tiene la capacidad de ser grande. La humildad es la clave. Pero hay que recordar que la humildad no es humillación. Se trata de tener un corazón humilde, para mostrar un amor no sólo a tus pacientes sino también a tus compañeros de cualquier manera que puedas. Proporciona un servicio desinteresado a todos, sin ningún tipo de egoísmo.

6. Ser chismoso

- "La enfermera en esa unidad no es del agrado de sus pacientes" 

- "Escuché que esas dos enfermeras tienen que hablar con nuestro supervisor de..." 

- "Esa enfermera coquetea con todos los médicos"

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Problema: ¿Te suena? Si has sido enfermera durante mucho tiempo, quizá has sido infectado con esta enfermedad contagiosa: chismes. Como enfermeras, chismeamos. Sí, somos seres curiosos, pero hay una diferencia entre ser inquisitivo y ser un chismoso entrometido.

Solución: Si el chisme tiene su propio espacio en el star de enfermeras es perjudicial y aleja nuestra atención del paciente. ¿Qué debes hacer? Tener cuidado con lo que dices. Lo que sale de tu boca aunque con buena intención puede significar una cosa diferente para los demás. En lugar de contar chismes, ¿por qué no dedicas tu tiempo a perfeccionar tu arte y avanzar en tu carrera. Trabaja más y termina con esta práctica poco saludable. No es fácil de eliminar, pero es lo que hay que hacer.

7. Demorarte, ¡y luego a correr!

¿Sientes que trabajas mejor bajo presión? La desventaja de esto es que se tiende a posponer las cosas. La dilación es hacer las cosas más placenteras en lugar de las menos placenteras, dejando así las tareas inminentes para despues.

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Problema: La dilación crea problemas cuando empieza a retrasar e interrumpir tu trabajo. medicamentos, procedimientos o solicitudes retrasadas hacen que la calidad de tu trabajo sufra las consecuencias. Llamadas personales, largos descansos son algunos de los muchos hábitos que pueden contribuir esto. Al final, no tienes más remedio que correr para terminar bien las cosas. El trabajo puede ser completado a tiempo, pero los resultados pueden no ser tan buenos.

Solución: La mejor manera de eliminar este hábito prioritizando tus tareas, gestionando bien tu tiempo, y dedicando el 100% a tu trabajo. Ponte plazos estrictos y cultiva el deseo de servir a tus pacientes más, no sólo para terminar las tareas en tu lista de tareas pendientes.

8. Hipersensibilidad: tomarte

las críticas demasiado personales

Como enfermeras, interactuamos con una gran cantidad de personas diariamante, desde nuestros compañeros de trabajo hasta nuestros pacientes, desde nuestros amigos más cercanos hasta los extraños que nos rodean. Hay personas con las que nos llevamos muy bien, mientras que con otras se nos hace más dificil interactuar. 

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Problema: En nuestra profesión, siempre habrá alguien que te está tratando mal y alguien que no esté siempre satisfecho con lo que haces. Alguien que siempre te da un voto negativo, y lo interpretamos como un ataque personal. Mientras que muchos sabemos que no debemos tomar las cosas personalmente. Lo admito, no es fácil manejar las críticas, pero podemos controlar por completo la forma en que tomamos las cosas personalmente. Aunque puede parecer que siempre es algo acerca de ti, la mayoría de las veces simplemente no lo es.

Solución: Cuando te tomas las cosas personalmente, estás dejando dominar a otras personas lo que eres capaz de hacer. Si la intención de la crítica es constructiva y tiene como objetivo ayudarte a sobresalir, debes aceptarla, seguir adelante, y permitir que crezca. Pero si siempre te sientes de otra manera, tal vez es porque algo negativo dentro de ti necesita ser corregido. Sólo relájate, tómalo con calma y disfruta de tu trabajo sin pensar demasiado.

Cuanto más te esfuerces en derrotar estos malos hábitos si los has adquirido, mejores serán las probabilidades de construir una reputación positiva. Los cuidados que proporciones al enfermo serán de mejor calidad, y al final del día, tu crecimiento personal como enfermera te llenará de satisfacción impulsandote a trabajar cada vez con más dedicación y esmero.

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Fuente:
Traducción y adaptación por Hablemos de Enfermería del texto original: "8 Bad Work Habits Nurses Should Defeat" - Nurseslabs Por Gil Wayne - 02 de junio 2015.

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