Adrián Suárez es un Youtuber que nació en Tenerife y que a temprana edad ya comenzaba sus estudios de enfermería. Con experiencia internacional trabajando en Horsham, Inglaterra, en un centro de niños con parálisis cerebral. Al regresar a España ha estado trabajando en atención primaria, y realizó la especialidad de enfermería familiar y comunitaria que se suma a su máster en úlceras y heridas. Orgullosamente nos cuenta que dedica su tiempo principalmente a sus hijos, al trabajo, familia, deporte, estudios y sobre todo a su nuevo proyecto @sanidadcreativa en Instagram que ya ha logrado acumular más de 17 mil seguidores, luego de su éxito en Youtube donde cuenta con más de 3 mil suscriptores. Desde Hablemos de Enfermería queremos darle más visibilidad, te invito a conocerlo por medio de esta entrevista.
- ¿Por qué ser enfermero?
Desde muy pequeño tenía claro que quería dedicarme a alguna profesión de la rama sanitaria. No sabía si medicina, enfermería, fisioterapia, podología… pero tenía claro que me gustaba el contacto con la gente, ayudar a los demás. A medida que fui creciendo me di cuenta de que, dentro de las profesiones sanitarias, la enfermería es la que más satisfacía esa parte de cuidados, de contacto con el paciente, así que me decidí por la enfermería. Por otro lado, aunque no menos importante, la enfermería te abre un enorme campo de posibilidades. Tienes muchas opciones dentro de la rama asistencial, pero también te puedes dedicar a la docencia, la investigación, etc. Si te cansas de un área es fácil conmutar a otra diferente. Hacer esto en otras profesiones es más difícil.
- ¿Qué especialidad tienes o deseas hacer?
Ahora mismo soy especialista en Enfermería Familiar y Comunitaria. También tengo un máster oficial en Deterioro de la Integridad Cutánea. Úlceras y Heridas. Por el momento no deseo hacer más especialidades, aunque sí me gustaría cursar el doctorado a medio-largo plazo.
- Trabajas en el área asistencial, tienes presencia en redes sociales... ¿cómo es un día en tu vida?
Mi vida en general es un poco caótica, pero lo que aporta el caos no es ni mi trabajo ni mis redes sociales, sino el ser padre de dos niños pequeños. Los que tengan niños me entenderán, los que no los tengan, no se los podría explicar. Los niños consumen una cantidad de tiempo y energía impresionante y hacen que tu día a día sea una mezcla de felicidad, caos y agotamiento físico y mental. En general trabajo en turno de mañana o de tarde en el centro de salud y hago de 2 a 5 guardias en urgencias al mes. Cuando no estoy trabajando estoy con los niños o haciendo ejercicio. A las redes sociales y canal de YouTube suelo dedicarme por la noche, las últimas 2 o 3 horas de la noche, cuando ya los niños están durmiendo y las labores de la casa están hechas.
- Eres muy activo en tu cuenta de Instagram @sanidadcreativa tienes más de 17 mil seguidores ¿Cómo definirías la presencia de los profesionales de enfermería en las redes sociales?
Yo no usaba Instagram antes de crear la cuenta de Sanidad Creativa. Todo empezó con el canal de YouTube y de ahí di el salto a Instagram por recomendación de un familiar que también tiene presencia en redes. La gente que no esté dentro de Instagram, incluso muchos de los que están dentro, desconocen que esta red social tiene un lado educativo y profesional super interesante. No todo es postureo y fotos de vacaciones, hay cuentas muy serias y que comparten contenido de un valor incalculable. Hace años que vengo discutiendo con compañeros este tema. La enfermería tiene que estar donde esté la gente, no podemos quedarnos sentados en una consulta a esperar a que la población venga, porque hay una parte que sí vendrá, pero muchos no. La enfermería en particular y las profesiones sanitarias en general, tienen que salir a donde está la población, y la gente, sobre todo la joven, está en Instagram, en Tik Tok, en YouTube, etc. Pues ahí es donde tenemos que ir, a difundir conocimiento.
- ¿Nuevas tendencias en la enfermería?
Dentro de la enfermería hay un área que siempre me ha interesado, desde que era alumno de enfermería hace ya más de 15 años, y es la rama de las úlceras y heridas complejas. Dentro de este campo se está investigando muchísimo y hay avances enormes en los tratamientos de las heridas crónicas. Se están incorporando tecnologías como la termografía infrarroja aplicada a este campo. Todo esto me parece interesantísimo y creo que la enfermería tiene mucho que decir y que aportar en el terreno de las heridas.
- Hay campañas en redes sociales promocionando la "enfermería visible", ¿es correcto afirmar que somos "invisibles"?
Definitivamente no. Nunca estuve de acuerdo con este concepto de enfermería invisible. La enfermería existe desde tiempos inmemoriales. En la antigua Roma existía la figura de los Nosocomi, enfermeros militares que prestaban cuidados a los heridos en las frecuentes guerras del Imperio Romano, figura muy valorada en esa época. Durante la Edad Media surgen numerosas fundaciones, casi siempre de carácter religioso, como los Franciscanos, las Clarisas, las Beguinas, las Agustinas, donde existía una figura asimilable a la enfermería actual, de una persona o grupos de personas que prestaban cuidados básicos a los enfermos y sus remedios y consuelo solían ser muy apreciados por los ciudadanos. Y así podríamos seguir nombrando figuras relevantes, queridas y apreciadas por el pueblo semejantes a lo que sería hoy en día una enfermera moderna. Ya en las últimas décadas hemos pasado de ATS y practicantes a lo que entendemos hoy en día como la enfermería moderna, una carrera universitaria muy profesionalizada. Miremos la época que miremos yo veo que la enfermería siempre ha estado ahí, y siempre ha sido una figura valorada y querida por la población. Otra cuestión diferente es la relación que podamos tener con la administración, pero vamos, que invisibles no somos, o al menos yo no lo he percibido así en mi experiencia durante mis 12 años (16 si contamos los años de carrera) dedicándome a la enfermería. Es más, NO recuerdo ninguna ocasión en la que me haya sentido infravalorado o invisible como profesional. Claro que todo esto está basado en mi opinión, experiencia vital y mi forma de entender la vida y la profesión. Es posible que otros compañeros hayan tenido unas vivencias diferentes que los hayan llevado a forjar otra opinión contraria al a la mía. En líneas generales, para comprobar la existencia o no de esta invisibilidad, basta salir a la calle y preguntar a los viandantes de forma aleatoria por la figura de la enfermera. Les aseguro que la inmensa mayoría saben lo que es una enfermera y casi con toda seguridad, los ciudadanos a los que pregunten tendrán una opinión positiva sobre esta profesión.
- En el ámbito internacional como profesionales de la enfermería ¿qué nos falta por hacer?Seguramente, tanto internacional como localmente, lo que nos falta a la enfermería es la investigación. Hay muy pocas enfermeras que investiguen y ahí es donde se consolida y se visibiliza la profesión, mediante la investigación.
- ¿Alguna anécdota relacionada con la profesión que quieras compartir con nosotros?
Siempre cuento la misma, porque le cogí mucho cariño a esa paciente. Yo trabajé muchos años en residencias de ancianos. Es un trabajo que me encanta, me resulta muy gratificante, aunque en España está muy mal pagado. En una de esas residencias había una paciente con Alzheimer, pero por lo demás sana y fuerte como un roble. La señora en cuestión tenía un carácter terrible y solía enfadarse con bastante frecuencia. Bueno, pues el uniforme que yo llevaba en este centro de mayores, no sé por qué, a la paciente le recordaba al de un sacerdote. El primer día que trabajé allí, la mujer se acercó y me preguntó, visiblemente enfadada, si yo era el nuevo párroco del centro. Como yo estaba bastante nervioso, la mujer muy enfadada y me pilló por sorpresa la pregunta le dije que sí, que yo era el cura, a ver si así se calmaba. Pues oye, fue como un bálsamo. Me agarró del brazo y me dijo susurrando “menos mal que por fin mandan a un cura joven, el otro que había no me gustaba” y me empezó a contar todos sus problemas, algunos reales y otros no tanto, fruto de tener que ir rellenando los huecos que el Alzheimer va dejando con historias que, para ella, resultaran creíbles. A partir de ese día, cuando la mujer entraba en cólera, se ponía agresiva y empezaba a destrozar todo a su paso, el único que podía controlarla era yo. La mujer venía y me decía… “¡AY PADRE! ¡AY PADRE! ¡Menos mal que ha venido a verme! ¡¡Mire lo que me está haciendo esta gente!!” y bueno, yo le seguía la corriente y nos pasábamos unos minutos hablando hasta que la mujer se calmaba. Al final le cogí mucho cariño a esa paciente y me dio mucha pena cuando me marché de aquel centro.
- Algún sueño o meta futura que quieras alcanzar:
Hay varias cosas que me gustaría hacer dentro de la profesión. A corto plazo me gustaría dedicarme a la cirugía menor. Me parece un campo súper interesante de la enfermería que estamos dejando escapar. A medio plazo veo con buenos ojos hacer el doctorado, aunque no tengo clara la línea sobre la que me gustaría investigar… probablemente algo relacionado con el mundo de las heridas. Y a largo plazo me gustaría terminar mi vida profesional dedicándome a la docencia. Cuando la energía ya no me dé para dedicarme al 100% a la enfermería asistencial, me gustaría poder compartir todo lo que haya aprendido en este camino. Aunque esto es un sueño que ya estoy cumpliendo con el canal de YouTube Sanidad Creativa, donde voy contando todo lo que voy aprendiendo como profesional.
- ¿Algún mensaje que quieras darle a los estudiantes que se inician en la carrera de enfermería?
Pues el mismo que les digo a los alumnos que han rotado en algún momento conmigo. Que esta es una profesión preciosa, muy gratificante, pero como en todas las profesiones hay mucha gente que se quema muy rápido. A estas personas deja de gustarles la enfermería y empiezan a desprender una energía muy negativa. Mi consejo sería alejarse de esa gente, alejarse de las personas tóxicas que hay en el mundo de la sanidad y disfrutar de una de las cosas más bonitas que hay como ser humano, que es ayudar a los demás en los momentos de enfermedad y sufrimiento. Recuerdo cómo, cuando era estudiante o recién graduado, muchas compañeras con más experiencia me decían… “deja que lleves 10 años trabajando como yo, para que veas como se te quitan esas ganas que tienes…” Bueno, pues a esas compañeras les digo que ya llevo 12 años y no, no se me han quitado las ganas de trabajar y de atender bien a los pacientes. En esta profesión vivirán experiencias negativas, pero todos esos momentos malos quedan compensados cuando una persona te mira a los ojos, te agarra la mano y te dice “Gracias, gracias por haberme escuchado”. Eso, ese sentimiento de gratitud de un paciente por tu trabajo no tiene precio, y es una de las mejores sensaciones que puedes vivir como enfermera, y como ser humano.