Hace ya 200 años que en la antigua medicina tradicional china se empleaba el vacío para el tratamiento de las heridas. Sin embargo, la historia de la terapia VAC es relativamente reciente. En 1993, Fleischmann publica un artículo donde describe el éxito conseguido tras exponer a presiones subatmosféricas las heridas de 15 pacientes con fracturas abiertas por un período más o menos prolongado para promover el desbridamiento y la curación de las heridas. Luego en 1995 se lanza al mercado norteamericano el sistema VAC por la empresa KCI. Su uso comenzó en Carolina del Norte, por los doctores Louis Argenta y Michael Morykwas, quienes lo utilizaron solo en úlceras crónicas. En 1995 obtuvo la aprobación de la Food and Drug Administration (FDA). En el año 2000 el sistema de seguridad social norteamericano: el Medicare, lo aprobó para su uso en ese país. En Latinoamérica, el primer país en utilizar la terapia VAC fue Costa Rica en un paciente masculino de 57 años, con una herida de esternotomía dehiscente e infectada a finales del año 2000.
Entorno:
- Aísla la herida del medio ambiente reduciendo la contaminación por agentes del exterior y remueve el material infeccioso.
- Mantiene un ambiente húmedo y cerrado ideal para la cicatrización de la herida.
- Reduce la muerte celular causada por la deshidratación.
Intersticial:
- Ayuda a eliminar el líquido intersticial
- Influye en la reducción del edema, al retirar el exceso de exudado.
- Ayuda a mejorar el flujo de sangre de la herida.
Granulación:
- Aproxima los bordes de la herida.
- Puede favorecer la replicación celular por lo que ayuda a la sobrevivencia de Injertos y Colgajos.
- Promueve la granulación.
Volumen:
- Reduce el volumen de la herida.
- Une los bordes de la herida.
Exceso de líquido:
- Elimina el exceso de líquido.
- Ayuda a reducir la colonización bacteriana.
Indicaciones | Contraindicaciones | Precauciones |
-Amputaciones -Fracturas expuestas -Laceraciones -Fasceitis -Deshicencias -Heridas crónicas -Heridas agudas -Heridas traumáticas -Heridas dehiscentes -Injertos y colgajos -Úlceras por presión grado III y IV -Úlceras diabéticas -Quemaduras de espesor parcial -Abdomen abierto | -Presencia de tejido no viable (tejido necrótico) -Fístulas -Malignidad en la herida -Ostiomielitis no tratada -Sensibilidad a la plata (sólo para el apósito GranuFoam Silver) -Hemorragia activa | -Sangrado activo -Anastomosis recientes -Pacientes tratados con anticoagulantes -Arterias, venas, órganos o tendones expuestos |
- Máquina de succión o unidad de terapia.
- Reservorio o "canister".
- Tubo conector o ventosa.
- Película adhesiva semioclusiva trasparente.
Tipos de Esponjas:
Granufoam: (Hidrofóbica) Esponja de poliuretano de poros abiertos con un tamaño de 400 a 600 micrómetros. El poro abierto asegura una distribución equitativa de la presión negativa en la zona de la herida. La estructura hidrofóbica de poro abierto facilita la eliminación del exudado, ideal para formar tejido de granulación, manejo de heridas con mucho exudado (flujo de líquido a través de los poros) y granulación de cavidades profundas.
Granufoam silver: (Hidrofóbica) Esponja de poliuretano a la que se incorporaron micropartículas de plata metálica. La exposición del apósito al exudado de la herida provoca la oxidación de la plata metálica en plata iónica, lo que da lugar a la liberación continua y prolongada de iones de plata que actúan como una barrera efectiva contra la penetración bacteriana.
Whitefoam: (Hidrofílica) Un apósito suave de alcohol de polivinilo (PVA) específicamente diseñado y menos adherente, con un tamaño de poros desde 0,2 hasta 1mm. Está prehumedecido con agua estéril para la protección de estructuras sensibles (órganos, asas intestinales, paquetes vasculares, tendones, tejidos friables, pediátricos) en heridas superficiales con poco exudado, en heridas donde hay mucho dolor, además es ideal para túneles debido a su resistencia a la tensión.
- Determinar el objetivo de la terapia
- Definir la presión, en mmHg que va desde 50 hasta 200
- Elegir la modalidad, ya sea continua o intermitente
- Elegir la intensidad, que se refiere a la velocidad de succión
- Limpieza de la herida
- Recortar la esponja de acuerdo a forma y tamaño de la herida.
- Colocar la esponja y sellar con el adhesivo
- Abrir un orificio y conectar el Trac Pad
- Conexión del recolector
Existen dos modalidades de tratamiento en la terapia VAC, el modo continuo y el intermitente.
La investigación de la Terapia VAC en modelos porcinos realizada por Morykwas em 1997, ha demostrado que el tratamiento intermitente (cinco minutos con aspiración y dos sin aspiración) estimula la formación más rápida de tejido de granulación que únicamente una presión negativa continua. No obstante, la aplicación de la presión negativa continua estimula la formación significativamente más rápida del tejido de granulación que la aplicación de apósitos sencillos no adherentes.
Este estudio permitió establecer las normas del modo de tratamiento recomendado (continuo o intermitente) y la cantidad de presión negativa que debe aplicarse a la herida.
Se recomienda usar el tratamiento continuo durante las primeras 48 horas en todas las heridas. Aunque el tratamiento intermitente suele ser después la opción preferida, puede ser mejor para los pacientes recibir un tratamiento continuo mientras dure el mismo en las siguientes circunstancias:
- En el caso de pacientes con molestias importantes durante el tratamiento intermitente.
- En casos donde sea difícil mantener un sellado estanco (en heridas perineales o en los dedos de los pies)
- Cuando hay túneles o zonas de pérdida de sustancia, ya que ayuda a mantener la herida cerrada, colapsando los bordes y facilitando la granulación.
- Si existen niveles altos de drenaje desde la herida después de las primeras 48 horas (es mejor esperar a que la cantidad de drenaje disminuya antes de cambiar al modo intermitente)
- En el caso que haya injertos o colgajos
- Cuando se requiere un efecto de entablillamiento (como en heridas esternales o abdominales)
Consejos para el correcto uso de la Terapia VAC
- Asegúrese que el paciente (o la herida) es un candidato idóneo para la terapia VAC.
- Compruebe la exactitud del diagnóstico y trate todas las comorbilidades subyacentes y asociadas.
- Compruebe que el desbridamiento es correcto antes del tratamiento.
- Compruebe la selección correcta del apósito y que se usan los apósitos específicos para cada indicación, según proceda.
- No comprima el apósito; colóquelo suavemente en la herida y anote el
número de piezas usadas en las notas del paciente.
- No coloque el apósito directamente sobre estructuras vitales expuestas.
- Compruebe que consigue y mantiene un buen sellado de la zona.
- No deje el apósito VAC sobre la herida si la unidad de tratamiento se desconecta durante más de dos horas.
- Controle continuamente.
- Compruebe y responda a las alarmas.
- Si no se observa respuesta o mejora alguna en la herida en un plazo de dos semanas, reevalúe el plan terapéutico.
La configuración por defecto de la Terapia VAC es de 125mmHg en una indicación continua. La configuración de presión de VAC puede ajustarse en incrementos de 25mmHg cuando hay:
- Drenaje excesivo
- Volumen de heridas grande
- Apósito VAC WhiteFoam en la herida o en zonas tunelizadas
- Un sellado lábil.
La configuración de presión VAC puede reducirse en disminuciones de 25mmHg cuando:
- En pacientes muy ancianos, muy jóvenes o que manifiestan problemas nutricionales.
- Cuando el dolor o las molestias no se alivian con una analgesia apropiada
- Hay riesgo de hemorragia excesiva (como en pacientes con tratamiento anticoagulante)
- Cuando hay insuficiencia circulatoria (como en vasculopatías periféricas)
- Cuando hay un crecimiento excesivo del tejido de granulación
Costos de la terapia VAC
El sistema VAC es una terapia costosa en relación con los sistemas convencionales empleados para el tratamiento de heridas. Sin embargo, existen varios estudios que han demostrado con evidencia científica las ventajas clínicas y económicas de esta terapia. Hay que hacer un balance global y tener en cuenta que la terapia VAC facilita el manejo de las heridas, con un recambio del dispositivo cada 2–3 días, con el consiguiente ahorro de tiempo de enfermería, material de cura y, lo que es más importante, disminución de molestias al paciente además de acelerar el proceso normal de cicatrización de las heridas, con lo que se disminuyen las estancias hospitalarias.
¿En tu unidad de trabajo has visto la utilización del sistema VAC para el cierre de heridas complejas? ¿Sabes manejar correctamente el equipo? Déjamos tus comentarios o tus dudas.